Tomado de la columna http://www.sexenio.com.mx/columna.php?id=3553
Fui a ver “De Panzazo”, del hijo lampiño de Juan Rulfo –Juan Carlos– y del hijo petiso de Rafael Loret de Mola –Carlos.
El documental, hay que decirlo, es un falso documental.
Más bien es un larguísimo reportaje, al estilo Televisa, ideal para los idiotas útiles y otros espectros de la fauna mexicana.
Más allá de los lugares comunes de los hijos de Rulfo y de Loret, más allá de la evidente campaña en contra de la indefendible Elba Esther Gordillo, más allá de la cursi dirección y del pésimo guión, más allá del final de telenovela en el mejor estilo de Encarnita Sánchez, el mentado documental nos presenta el verdadero rostro de Denisse Maerker: el de la pitonisa que nos puede hablar de todo: desde el mole poblano hasta el problema de la educación en México, pasando por los fraudes electorales del 88 y 2006, y la fuga de cerebros mexicanos.
De lo que no nos puede hablar es de la contribución de Televisa en el retraso mental del nuestro pueblo, lo que le ha ganado, y bien ganada, la fama de ser la auténtica Secretaría de Educación Pública.
De eso no nos pudo hablar la admirada Denisse.
Qué pena.
Qué dolor, qué dolor.
Qué pena.
Tampoco de eso hablaron los hijos de Juan y Rafael.
Faltaba más.
No venía al caso.
Pese a que los niños y las niñas que aparecen a cuadro hablan como los personajes de Televisa.
Pese a que varias generaciones le deben a Televisa la doble condición de ágrafos y analfabetos funcionales.
Pese a que Laura Bozzo influye más a las tres de la tarde en el Canal de Las Estrellas que cualquier profesor durante seis o siete horas al día.
“De Panzazo” tiene un solo fin: endosarle a la profesora Elba Esther y al sindicato que dirige el fracaso de la educación pública en México.
En parte tienen razón sus realizadores, aunque hay que sumar en este fracaso a todos los titulares de la SEP: pasando por Justo Sierra, José Vasconcelos, Jaime Torres Bodet y el padre de uno de los nuevos críticos: Jesús Reyes Heroles.
Eso sí: Rulfo y Loret se cuidan muy bien de no culpar a la SEP del presidente Calderón de esta tragedia.
Hay una sola, mínima, ridícula insinuación.
Y ahí se queda.
Lo demás es tan previsible que sólo los idiotas se la tragan.
¿Cómo olvidar que Emilio Azcárraga Milmo dijo en un discurso público que Televisa hacía televisión “para los jodidos”?
He ahí el equivalente de “Por mi raza hablará el espíritu”.
Y más:
El promotor de la buena educación pública, el mismísimo Loret de Mola, sigue diciendo “camuflajeados” en lugar de “camuflados”.
Ni cómo ayudarle.
Pero no debe sentirse mal: es el espejo del fracaso que vivimos.
Termino: dicen los críticos que Corea ya superó ampliamente a México en el tema educativo.
Pero por supuesto.
Y es que los coreanos no tienen a Televisa en sus terrenos.
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