MAESTRO:
Maestro
es todo aquel que enseña a otros, los cuales se someten a ser sus discípulos.
La idea de maestro no tiene límites en el mundo. Desde las más sublimes
verdades del dogma hasta las nociones más insignificantes de la vida, todo está
sujeto a enseñanza, todo toca al dominio del maestro.
Por
antonomasia, se da el mismo nombre a todo aquel que ejecuta bien algún arte o
profesa ciertos oficios. Así decimos: el maestro Donizetti, el maestro Rossini,
el maestro Tirso de Molina, el
maestro de obras, el maestro zapatero, el maestro albañil. El que hace cabeza
en los trabajos de herrería, por ejemplo, es el maestro herrero, aunque no sepa mover un martillo. En esta acepción, la
palabra maestro es una voz jerárquica.
Volvemos a decirlo. La palabra
que nos ocupa es , indudablemente, una de las voces que tienen una historia más
larga, más trascendental y más gloriosa en la vida del hombre. Aristóteles,
Sócrates, Platón, Jesucristo, Bellini, Hayden, Mozart, Descartes, Fray Luis de
león: arte, ciencia filosofía, moral revelación, misterio, esperanza; en todas
partes se halla el maestro, todo lo
llena ese importantísimo personaje histórico y social; en todos los siglos, en todas
los pueblos, en todas las grandes festividades de la historia, muestra su
corona de flores o de espinas; de espinas muchas veces. ¡Qué lógica tan grande
la de Dios! ¡Qué gloria tan grande la de la inteligencia! ¡Qué conquista tan
alta y tan augusta la del cristianismo! ¡El mundo no podía ser redimido sino
por un Maestro!
Volvamos al sentido corriente de
la palabra.
La idea de enseñanza que lleva en
sí la voz maestro pudo considerarse
de varias maneras, y cada manera dio lugar a un nuevo nombre.
Se consideró como ejercicio o
profesión, dominando la idea de facultad o de principios, no de oficio
mecánico, y el maestro se denominó profesor. Así decimos: PROFESOR de la infancia, profesor de
esgrima, de baile, de música, de retórica, de poética, de matemáticas.
Si la enseñanza se dirige a
instruir a uno en cualquier ramo o arte, entonces el maestro se llama INSTRUCTOR.
Así que llamamos instructor de quintos al que enseña las evoluciones militares.
Cuando la enseñanza se dirige a
formar las costumbres, el maestro se llama PRECEPTOR.
El preceptor es el sacerdote de
la conciencia, el padre en la casa de la virtud.
Sin la autoridad del poder o de
la sangre, nadie puede preceptuar a
otro, sino cuando le habla en nombre de la moral y de la religión, en nombre de
su propio bien. Entonces manda, entonces preceptúa; no preceptúa él: la virtud,
la conciencia, el alma del hombre preceptúan por su boca: ese es el preceptor.
MAESTRO viene de mag,
raíz de magno, grande, porque en lo antiguo el maestro era el grande de la
sociedad, el dictador, de donde viene la voz magistrado, que no es otra cosa que el maestro del foro. Así vemos
en Seneca: Notat Cicero in libris de
Republica eum quem nos dictatorem dicimus apud antiquos magistrum populi
vocatum (Nota Cicerón en sus libros de República, que los antiguos llamaban
maestro a lo que nosotros llamamos dictador). Los que crean que maestro
viene de mano, es decir, que se aplicó al hombre perito en cosas manuales,
están completamente desorientados
PROFESOR viene de for,
faris, fari, fatum, que significa hablar. De modo que profesor es aquel que
enseña públicamente una doctrina, el que públicamente habla, por cuya razón el
profesor era pagado por el cabildo de la ciudad, como sucede hoy en día con el
profesor de instrucción primaria y con los profesores de medicina y cirugía titulares.
La palabra profesor no
se usó en latín hasta después de la época de Augusto.
INSTRUCTOR viene del
verbo struere, que quiere decir edificar,
Esta etimología explica muy bien el
sentido que hoy tiene la palabra de que nos ocupamos. El que instruye a otro,
le da una estructura particular, lo forma, lo edifica, por decirlo así.
El instructor es como el arquitecto de aquel edificio, de
aquella obra.
PRECEPTOR viene de
captare, aumentativo de capere, caepi,, captum, que significa tomar, atraer,
captar. De modo que la palabra preceptor tiene algo de aquel sentido: es el
hombre que con sus preceptos, con sus máximas, con su ciencia, atrae a la
juventud, la capta, se hace dueño de ella; es decir, la cautiva; porque note el
lector que la voz cautiverio y cautivo tienen el mismo origen.
Preceptuar significa, según el adagio latino, preacepta bene vivendi tradere: dar
preceptos para vivir virtuosamente. El precepto abraza especialmente la
educación moral.
MENTOR se deriva de mens, mentis, la mente, implicando la idea
de guía intelectual.
De modo que, ateniéndonos a la etimología, la relación
propia de cada palabra es la siguiente:
El maestro enseña
El profesor habla
El instructor adiestra
El preceptor dirige
El mentor ilustra.
Por lo tanto:
EL MAESTRO ES AUTORIDAD
EL PROFESOR DISCURSO
EL INSTRUCTOR REGLA
EL PRECEPTOR CONDUCTA
EL MENTOR DOCTRINA.
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